El comercio constituye una parte esencial de nuestros sistemas agroalimentarios, ya que cumple la función fundamental de trasladar alimentos de regiones con excedentes a regiones deficitarias, contribuyendo así a la seguridad alimentaria a escala mundial. Los mercados mundiales de alimentos conectan a personas y países de todo el planeta; contribuyen al uso eficaz de los recursos naturales en el mundo; facilitan el suministro de alimentos suficientes, inocuos y diversos; y generan ingresos para los agricultores y las personas que trabajan en los sectores de la alimentación y la agricultura. El comercio es inherente a las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible. Asimismo, está estrechamente relacionado con el crecimiento económico, interactúa con las personas y establece vínculos con el medio ambiente. 

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