Primer edificio sustentable del EA, Escuela de Monte Guacurarí y Artigas

El compromiso asumido por los 195 países que han ratificado oficialmente al Acuerdo de París (2015) ha dado impulso al crecimiento acelerado del desarrollo tecnológico y producción de energías renovables, en esa carrera por reducir la emisión de los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global y el cambio climático.

Las Fuerzas Armadas de China y los miembros de la OTAN reconocen que la sostenibilidad energética es clave no solo para reducir emisiones de gases contaminantes producto de sus actividades sino para garantizar la autonomía operativa, en contextos de conflicto, desastres naturales o crisis logísticas.

La reconversión energética militar trae aparejada la integración de tecnologías como micro redes inteligentes, biocombustibles avanzados, paneles solares móviles y vehículos eléctricos tácticos. El objetivo es claro: asegurar la resiliencia y capacidad de respuesta frente a los desafíos actuales y futuros. Además, la carrera por el dominio de tecnologías limpias tiene profundas implicancias geopolíticas, ya que quien controle estos desarrollos, desde baterías de alto rendimiento hasta soluciones híbridas de suministro energético, sumado a las nuevas tecnologías de guerra y la inteligencia artificial definirá parte del equilibrio de poder global. Se trata de transformar las capacidades logísticas y de proyección de poder.

Argentina ha comenzado su propia transición energética, en el ámbito de la Defensa. Con un enfoque planificado, las Fuerzas Armadas están incorporando energías renovables en instalaciones fijas y explorando soluciones sostenibles para sus operaciones desplegadas. Esta transformación busca el autoabastecimiento, mejorar la eficiencia, reducir la dependencia de combustibles fósiles y reforzar la autonomía operativa del Instrumento Militar.
Frente al cambio climático considerado un factor desestabilizador global y el desarrollo de nuevas tecnologías, las Fuerzas Armadas deben adaptarse y liderar la innovación.

La reconversión energética militar representa hoy una decisión estratégica impostergable, en el nuevo escenario internacional.